La votación en la Asamblea Nacional francesa, el 23 de febrero de 2005, de la enmienda sobre «el balance positivo de la colonización» [1] representó el retorno fortalecido de la ideología colonialista y racista en las instituciones de la República francesa. En aquel entonces, ya se habían erigido en Francia una quincena de monumentos a la gloria de los fascistas de la Organización del Ejército Secreto (Organisation Armée Secrète, OAS) [2] y de los oficiales del ejército que habían tomado las armas contra la República. En la actualidad hay más de un centenar de monumentos.
Contra esto, en una respuesta sana, se creó un colectivo para oponerse a este peligroso intento de rehabilitar los crímenes de Estado que supusieron las guerras coloniales y la colonización francesa, heredera de cuatro siglos de trata de esclavos y de esclavitud. La asociación Sortir du colonialisme (‘Salir del colonialismo‘) organiza, desde hace más de 15 años, la Semaine anticoloniale et antiraciste (‘Semana Anticolonial y Antirracista’) con la participación de numerosos grupos militantes, asociaciones, movimientos y personas a título individual que comparten los mismos valores. A lo largo de los años se han realizado eventos similares en otras ciudades francesas, como por ejemplo en Burdeos, Valence, Montargis, Lille, Saint-Etienne, Toulouse, etc.
El racismo
La ideología colonial desarrollada por las potencias imperialistas enarboló el racismo, que fue la justificación de su dominio sobre los pueblos de África, Asia y América Latina. Hasta hoy, hay huellas visibles en las poblaciones y las instituciones de los países colonizadores. Como escribió recientemente nuestro compañero Gus Massiah, «el racismo echa raíces en una larga historia y asistimos al resurgimiento de la cuestión de la esclavitud y la trata de esclavos, cuyas consecuencias aún condicionan profundamente la organización del mundo y el imaginario de las sociedades».
En Francia, al igual que en otros países de Europa, se intensificó la violencia a raíz de la crisis económica y política; y hemos visto sus efectos en las elecciones nacionales de 2022. Se ha instaurado un racismo desinhibido: discursos de odio, realmente nauseabundos, teorías proféticas muy difundidas por los medios de comunicación y que se extienden a toda la población. Es imperativo luchar activamente contra esto.
La historia de la emancipación de los pueblos se escribe actualmente desde Palestina hasta el Sahara Occidental, desde Kurdistán hasta Kanaky, pasando por el territorio mapuche en Chile. El derecho a la libre determinación de los pueblos colonizados ha sido proclamado por Bolívar y Ho Chi Minh y por todxs lxs pensadorxs y actorxs de la descolonización y la libertad, entre ellos Franz Fanon, Patrice Lumumba, Nelson Mandela, Thomas Isidore Sankara, los pueblos indígenas del Caribe y de América... que se levantan contra los regímenes corruptos que son apoyados política y militarmente por las potencias imperialistas y sus multinacionales que saquean sus riquezas naturales. La perpetuación de estos poderes represivos y la miseria que generan, empujan cada año a miles de personas de todas las edades a huir de sus países en busca de un futuro mejor, arriesgando sus vidas, para atravesar los muros de la Fortaleza Europa. Dentro del imperio francés, los pueblos de las Antillas, Guyana, Reunión y Mayotte son sometidos a la emigración y al racismo consiguiente.
A pesar de las grandes muestras de solidaridad, no acabaron los insultos, comentarios discriminatorios, la persecución a los sin papeles, delitos por perfil étnico, [3] las expulsiones de solicitantes de asilo, etc... es decir, el racismo institucional que permite la utilización tanto de lxs excolonizadxs como de quienes aún están colonizadxs como chivos expiatorios de todos los males de la sociedad.
La Semana anticolonial y antirracista sigue las concepciones la Conferencia de Bandung (1955) [4] con los países no alineados y de la Tricontinental (1966) llevada a cabo en La Habana por el Che Guevara, Ben Barka y Amílcar Cabral.
El Salón anticolonial, que inaugura la Semana, es un foro político-cultural mediante stand, debates, proyecciones y videoconferencias con pueblos en lucha en otros continentes. Reúne las luchas en contra de un mismo origen depredador: la búsqueda de beneficios de la economía capitalista globalizada que pone a los pueblos del mundo en competencia entre sí. La cooperación entre ellos es lo que busca la Semana Anticolonial y Antirracista. Estos pueblos que son los únicos que podrán preservar de la voracidad productivista al planeta en el que el capitalismo pone en tela de juicio el bien común que es nuestro planeta Tierra.
Anticolonialismo y la lucha por la defensa de los derechos, aquí y en todas partes
Las finanzas internacionales pretenden gobernar los Estados del Norte Global como lo han hecho con los del Sur Global.
Las «malas recetas» que pusieron en práctica para debilitar la soberanía de los países y de sus pueblos, se aplican hoy en día en los países del Norte donde se ponen en entredicho los servicios públicos, los derechos económicos, sociales y culturales...
Urge un trabajo de educación popular para dar a conocer las realidades históricas y desconstruir el discurso de la ideología dominante en un momento en que 10 multimillonarios, en Francia, poseen casi toda la prensa y las cadenas de televisión que están encendidas las 24 horas en muchos hogares.
Debemos continuar y ampliar el espíritu de Missak Manouchian, [5] el espíritu de fraternidad entre lxs habitantes de este país que se ha convertido en el fundamento de La Semana. La lucha anticolonial, heredera de todas estas luchas, continúa y es más vigente que nunca.