El Chaco Americano: Actores de la construcción de un territorio compartido

La región chaqueña y sus recursos naturales

, por Fundación Plurales , AVELLANEDA Nicolás

El Gran Chaco Americano es una ecoregión boscosa de gran diversidad, tanto ambiental como social. Por su extensión (1.066.000 km2 ), constituye la mayor masa boscosa de Sudamérica, después de la Amazonía, y comprende territorios de Argentina (62,19%), Paraguay (25,43%), Bolivia (11,61%) y Brasil (0,77%). La amplia variedad de ambientes que presenta, como bosques y arbustales, pastizales, sabanas, esteros y humedales, se traducen en una vasta diversidad de especies vegetales y animales que hacen de esta región un área clave para la conservación de la biodiversidad [1].

Laguna y monte, Chaco argentino. Créditos : Christian Ostrosky.

Pero, pese a las oportunidades que surgen de su extenso territorio, sus riquezas naturales y la diversidad sociocultural que constituye esta región, es una de las áreas más relegadas de estos países, y los conflictos por sus recursos son cada vez más notables. El acceso al agua y a la tierra están cada vez más amenazados por los cambios climáticos y por el accionar del hombre en pos de la expansión de la frontera agropecuaria.

Los principales conflictos ambientales del Chaco resultan predominantemente de la conversión del ambiente natural al uso agropecuario [2]. La deforestación y parcelización de las tierras destruye los ambientes naturales, afectando el sistema de vida de las poblaciones campesinas e indígenas, que basan su economía doméstica en la agricultura familiar extensiva, como de la caza y recolección.

Otro de los problemas graves de la región, se encuentra en la escasez de agua para consumo y producción, que sumado al manejo inadecuado de las fuentes de agua superficiales y subterráneas genera graves problemas de abastecimiento a la población. Muchas de los ríos están contaminados o sus cauces reducidos, las poblaciones del Chaco Americano son las más afectadas de estos países en relación al acceso a agua segura. Solo en Argentina más del 60% de los hogares de las provincias que forman parte de la región no cuentan con acceso al agua segura en su domicilio, según datos del Censo Nacional 2010.

Los problemas ambientales muchas veces no son tomados en cuenta hasta que sus consecuencias afectan seriamente la vida de las comunidades, a pesar de que el costo de prevenir es mucho mas bajo que el de remediar las consecuencias.

Acceso al Agua

Uno de los principales problemas identificados por los Estados y los habitantes de la región es la escasez de agua para consumo y producción.

Tanto las fuentes de agua superficial como subterráneas en la zona necesitan de procesos importantes de potabilización y dependen del régimen de lluvia, suelo, tecnologías disponibles, entre otras cuestiones, para poder abastecer a las comunidades en calidad y cantidad necesarias.

Solo para ejemplificar, en las Provincias de Chaco, Formosa y Salta, (Argentina) la situación es alarmante, ya que hay departamentos que superan el 60% de los hogares sin acceso al agua en su domicilio. En Chaco, el departamento de Almirante Brown llega al 69% sin acceso; Güemes el 61%. En Formosa, el departamento de Bermejo alcanza el 87% sin acceso; Matacos 71%; Ramón Lista el 90%. En la provincia deSalta, Rivadavia cuenta con el 78% de la población con esta problemática.
Si tenemos en cuenta sólo a las comunidades rurales, los porcentajes superan el 90%, sin contar que el 10% restante accede a agua contaminada o con la presencia de metales perjudiciales para la salud.

Este desafío es aún mayor para la región del Chaco paraguayo, donde sólo cerca del 20% de la población tiene acceso a agua potable, lo que incide de manera importante en el desarrollo local de sus comunidades y superación de la pobreza.

Según informe del Programa SEDCERO “La administración del servicio de agua potable en las áreas urbanas del Gran Chaco en general es manejada por empresas públicas y cooperativas sociales. Mientras en las zonas rurales esta administración presenta dificultades mayores, en el mejor de los casos, las pequeñas comunidades se organizan para la autogestión de recursos bajo normas, instituciones y prácticas comunitarias. El abastecimiento de agua se realiza a través de aljibes, represas, molino de viento, redes de distribución, agua de lluvia acumulada en depresiones naturales o en reservorios. Estos métodos se complementan con la explotación de aguas subterráneas con pozos someros cavados o perforados. Sin embargo, la escala de estas iniciativas de acceso al agua suelen ser paliativas pero no resuelven el problema de fondo y en general la población está sumamente rezagada por la realidad local y la ausencia de políticas públicas integrales –de agua, energía, producción, salud" [3].

En cuanto al uso del agua destinado a la producción, el principal usuario en la región es la agroindustria, principalmente de fuentes de aguas superficiales, pero también de agua subterránea (en Argentina y Paraguay), a partir del uso de tecnologías para el riego de grandes extensiones de tierra de soja, algodón, maíz y otros productos. La inequidad social que evidencia el escaso acceso al agua en la región, pone de manifiesto la necesidad de acciones estatales que aseguren el acceso a agua segura para estas comunidades.

En los casos en que la comunidad no ha podido organizarse, mujeres y niños se encargan diariamente de buscar agua para sus hogares, recorriendo en algunos casos hasta 7km diarios para llegar a la fuente de agua mas cercana. Claramente, para estas familias, esta problemática amenaza su permanencia en los territorios, y muchas veces fuerza el desplazamiento a ciudades cercanas, en condiciones de mayor pobreza, ya que pierden la posibilidad de trabajar la tierra, sus costumbres, y vínculos sociales.

Expansión de la Frontera Agropecuaria y Acceso a la Tierra

Los avances científicos y tecnológicos del último tiempo, han llevado a que tierras que solo eran productivas e importantes para las comunidades campesinas e indígenas de la región, y consideradas como marginales e improductivas para los grandes productores agrícolas, a ser un gran negocio para grandes productores y pul de siembra.

Estas tierras se empezaron a vender, en el mejor de los casos, legalmente, por muy poco dinero, y se destinan a grandes plantaciones agrícolas.

Las consecuencias de estos eventos son varias y muy complejas, pero podemos sintetizar en dos puntos clave.

Deforestación: Según el Informe de “Monitoreo Mensual de los Cambios de Uso de la Tierra, Incendios e Inundaciones en el Chaco Americano” [4], en el territorio del Gran Chaco Americano se detectaron entre los años 2010 y 2011 un total de 560.684 ha deforestadas, arrojando un promedio de 768 ha por día en los años mencionados. Para el 2012 se detectaron 539.233 ha deforestadas con un promedio de 1.473 ha por día. Comparativamente, en el 2012 se ha deforestado una cifra incluso mayor a la suma de las detectadas en los años 2010 y 2011. 

Explotación de madera. Créditos : www.gran-chaco.org.

Según los datos de Guyra Paraguay, solo en agosto de 2013 se desmontaron un total de 61.177 ha, superficie que supera más de tres veces el área ocupada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Los desmontes descontrolados, como están ocurriendo, causan un grave impacto ambiental en la región. Afecta directamente la flora y fauna del lugar, pero también influye en el cambio climático, incrementa las inundaciones ya que el suelo no absorbe naturalmente el agua de lluvia. Las tierras son en general destinadas a la plantación de monocultivos (soja, principalmente), con lo que se maximiza su rendimiento para un período corto de tiempo, pero se agota su capacidad de nutrientes inhabilitando grandes extensiones de territorio en un futuro cercano.

Desalojos: como ya hemos mencionado, esta región esta poblada históricamente por comunidades originarias, comunidades campesinas y criollas. En la mayoría de los casos los títulos de las tierras presentan irregularidades o incompatibilidades surgidas de la inconexión entre las culturas originarias con prácticas de vida comunitaria (entre ellas la posesión comunitaria de tierras) y la titulación individual de la concepción occidental, entre otras cosas.

En general, las comunidades tienen la Posesión histórica de sus tierras pero no el saneamiento de los títulos, lo que entran en disputa con las grandes corporaciones que hoy ven un negocio en la región. En un comunicado de enero del 2012 del FNC (Frente nacional Campesino) en Argentina, exponen los dirigentes campesinos:

“…Desde hace varios meses, empresas pertenecientes a la “poderosa corporación forestal chaqueña” vienen talando los montes que pertenecen a las posesiones ancestrales de más de 400 familias campesinas criollas y la propiedad de la Asociación Comunitaria MEGUESOXOCHI del Teuco Bermejito (pueblo originario)… Después de la tala de los montes viene el desalojo compulsivo de los campesinos criollos y el arrinconamiento de los indígenas que habitan las fértiles tierras del interfluvio Teuco-Bermejito, desde la confluencia hasta la ex estancia La Fidelidad…” [5]

Esta problemática se repite en el amplio territorio del chaco. Los campesinos e indígenas son obligados a dejar sus tierras y a desplazarse a zonas urbanas cercanas.

Alternativas

Si bien existen diversos programas, organizaciones e iniciativas que están intentando solucionar estas problemáticas, creemos importante compartir la experiencia del Programa SEDCERO como una iniciativa trinacional (Argentina, Bolivia y Paraguay) que esta generando soluciones de acceso a agua segura para consumo y producción en la región.

La importancia de este programa surge en la medida que busca generar sinergias entre los distintos sectores (públicos, privados y comunidades locales) para proponer proyectos que faciliten el acceso al agua segura desde la articulación y coordinación de saberes técnicos, sociales y recursos materiales. No solo buscando generar soluciones de agua, sino también potenciando una gestión democrática del recurso que instale en la comunidad un entramado social que posibilite la sustentabilidad del mismo [6].

Para ello, el Programa busca incidir en políticas públicas y mejorar las capacidades actuales de resolución de problemas sociales a nivel de políticas públicas, de gestión social y comunitaria.

La fortaleza de SEDCERO se encuentra en el diseño colectivo y participativo. Por ello, tiene especial atención en la diversidad cultural, geográfica, tecno-productiva y social de las comunidades chaqueñas y considera que ellas son clave en la toma de decisiones y en la implementación de los sistemas tecnológicos de resolución de problemáticas locales y regionales [7].

Si bien el propósito de esta iniciativa se basa en la problemática del acceso al agua, su metodología de intervención socio-técnica propone bases para la articulación y generación de capacidades en las comunidades para resolver sistémicamente el complejo entramado de problemas socio-ambientales.