Campesinas de Perú protegen biodiversidad milenaria de alimentos

Por Milagros Salazar

, por Inter Press Service (IPS)

Dina Apomayta es heredera de las imponentes culturas andinas Tiahuanaco y Lupaca, que veneran la tierra y sus frutos desde hace casi 4.000 años. Esta aymara y otras muchas mujeres rurales de Perú protegen la biodiversidad agrícola en nombre de sus familias y sus pueblos.

"Cuidamos la tierra trabajando organizadamente. Como madres participamos en el cultivo, la producción y el almacén de los alimentos de nuestros hijos", contó Apomayta a IPS en un alto de su faena en Curitamaya, su comunidad a 42 kilómetros de esta capital de la región surandina de Puno, con el mismo nombre.

Los frutos de la tierra en los Andes, como las diferentes variedades de la papa, el maíz y la quinua (un seudocereal andino de alto valor nutritivo), dependen en gran medida de las mujeres. Ellas son las que seleccionan las semillas, limpian la chacra (finca) de la mala hierba, ayudan en la cosecha y organizan el almacén.

"Una vez que cosechamos, guardamos, separamos lo que vamos a usar para la casa, para la venta y para las semillas. Ya sabemos cómo se hace", detalló a sus 36 años, con la naturalidad de quien desde niña fue criada para cultivar y proteger sus alimentos.

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