Cazadores de la medicina perdida

By Humberto Márquez

, por IPS

Millones de enfermos de cáncer en el mundo podrán beneficiarse del medicamento taxol (paclitaxel), elaborado por laboratorios de Estados Unidos a partir de hongos como los de las montañas tepuy de Venezuela, sin retribuir nada a las comunidades indígenas que habitan esos paisajes desde tiempo inmemorial.

En otro caso, investigadores de la Universidad Federal de Zurich, tras un acuerdo con el gobierno venezolano en 1998, penetraron a comienzos de esta década en las comunidades yanomami, en el extremo sur de este país sudamericano, para extraer plantas medicinales de esos habitantes de la Amazonia, así como sus estrategias de manejo de tales recursos.

"Nuestros países son muy vulnerables a la biopiratería, a lo que es prácticamente una invasión de las compañías farmacéuticas globales. Se soslayan acuerdos internacionales y se aprovechan de la débil vigilancia sobre nuestra biodiversidad", apuntó a IPS el investigador forestal Julio César Centeno, de la venezolana Universidad de Los Andes.

Aún así "insistir en señalar y trabajar casos en las regiones andina y amazónica contribuye a progresos como la adopción, en octubre, del Protocolo de Nagoya", destacó a IPS María Elisa Febres, abogada de la organización no gubernamental ambientalista Vitalis. Leer más