Mientras siguen las multitudinarias protestas de alumnos y profesores por una reforma educativa en Chile, una de las caras más extremas de los reclamos es la huelga de hambre de 28 jóvenes en diferentes escuelas secundarias, cuatro de ellos desde hace casi 40 días.
El ayuno obligó a hospitalizar de urgencia el martes a una adolescente en el sur de Chile, debido a descompensaciones en su salud, la semana pasada también fue asistida por médicos otra joven en Santiago y varios de los que siguen ya han perdido 10 a más kilogramos de peso.
Con la huelga de hambre y las manifestaciones callejeras continuadas como fuerte presión, el gobierno del derechista Sebastián Piñera trata de pasarle la responsabilidad de la solución de la crisis al parlamento. Sus planteos hasta ahora fueron calificados de insuficientes por los maestros y estudiantes que están en pie de lucha por cambios drásticos en el sistema de enseñanza.
Para agregar más aprietos a Piñera, la protesta social se amplió más allá de las aulas y este jueves 25 se cumple el segundo y último día de paro general de actividades en todo Chile convocado por la Central Unitaria de Trabajadores, al que se adhirieron otras 80 organizaciones sociales y partidos de oposición. El reclamo es por un cambio estructural del sistema político y económico.
En concreto, la protesta estudiantil lleva más de tres meses, en lo que ya es la más extensa desde 1990, cuando finalizó la dictadura de 17 años, que en su tramo final impuso el criticado esquema educacional y que la democracia aún no modificó.