Fernando Lugo y el nuevo proceso integrador de la Cuenca del Plata

Fernando Del Corro

, por ALAI

La llegada al gobierno paraguayo de Fernando Armindo Lugo le ha dado, en apenas poco más de una semana de gestión, un nuevo dinamismo al proceso integrador de la Cuenca del Plata comenzando por la revitalización de un antiguo tratado entre los tres países menores de la región, el URUPABOL (Uruguay, Paraguay, Bolivia).

Existe una breve pero interesante historia de dicho tratado realizada por el académico uruguayo Bernardo Quagliotti de Bellis, director de la revista “Geosur”, de la Asociación Suramericana de Estudios Geopolíticos, relacionada con el período de su existencia entre 1963 y 1976, hasta su denuncia por parte del ex dictador paraguayo Alfredo Stroessner, presionado por el también dictatorial gobierno brasilero de entonces.

El término URUPABOL reapareció días atrás en Asunción del Paraguay el mismo pasado 15, en bocas del presidente boliviano Evo Morales durante una charla que mantuvo con un grupo de periodistas horas después de la ceremonia de traspaso del mando de Nicanor Duarte Frutos a Fernando Lugo. Por primera vez, en muchos años, más de 30, en boca de un jefe de estado de la región se volvió a escuchar hablar de aquel viejo tratado.

Pero había sido Lugo el paladín de su recuperación. Tras imponerse en las elecciones en su país en el pasado abril, realizó una visita a todos los países de la Cuenca del Plata y así visitó en la Argentina a Cristina Elisabet Fernández; en Bolivia a Evo Morales Ayma; en el Brasil a Luiz Inácio Lula da Silva; y en el Uruguay a Tabaré Vázquez; amén de algunos extrazona como el nicaragüense Daniel Ortega y el venezolano Hugo Chávez.

Durante su campaña la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), el frente político heterogéneo conformado alrededor de la figura de emblemática de Lugo, tanto él como sus seguidores se encargaron de plantear la necesidad de reformular los tratados de Itaipú y Yacyretá, las dos grandes centrales hidroeléctricas sobre el Río Paraná –la primera de ellas la mayor generadora de energía del mundo- de las que el Paraguay obtiene escaso provecho dado su paupérrimo nivel de desarrollo por lo que debe vender el excedente, o sea casi todo lo que le corresponde, a sus respectivos socios: el Brasil y la Argentina. Leer más