Bienes comunes

La noción de Bien común, tanto como la de Bienes Públicos mundiales, lleva una reflexión sobre la producción de valor y la escasez. Si no existe una definición única y definitiva del concepto de Bienes comunes, sin embargo estos se pueden ver como « [...] dones de la naturaleza o bienes producidos, conservados y compartidos entre usuarios agrupados en una “comunidad” [1], cuyo tamaño y naturaleza pueden variar. Suponen el involucramiento de los ciudadanos y la definición de reglas de uso en función de saberes tradicionales en particular. Los bienes comunes naturales, el agua, la tierra, el bosque, el mar y los océanos, lo vivo, son hoy en día objeto de apropiación sin precedentes que, en lugar de preservarles, pone en peligro los equilibrios ecológicos y la vida de las poblaciones que dependen de ellos [2] ». Efectivamente, como lo recuerda Alain Lipietz « […] Un bien común, es una cierta manera de gestionar un bien público. Un bien común es una relación social. Pero puede haber bienes públicos que son gestionados de manera privativa [3] ».
Así, « La preservación de los comunes globales [...] no puede ser pensada sin acuerdos intergobernamentales que se aplican también a esas comunidades. Es por eso que las Naciones Unidas son el lugar irremplazable para la definición de los comunes [4] ».

Definición desarrollada

La mayor contribución sobre la teoría de los comunes se debe a Elinor Ostrom [5] cuando hizó volar en pedazos al modelo de Hardin quien consideraba los comunes únicamente como recursos disponibles, mientras que en realidad, son ante todo lugares de negociaciones (no hay comunes sin comunidad), gestionados por individuos quienes comunican, y dentro de los cuales una parte por lo menos no es guiada por un interés inmediato, sino por un sentido colectivo. Ostrom insiste en el hecho de que no existe ninguna “lista de referencia” o definición única de los comunes: cada uno es el producto de circonstancias históricas únicas, de una cultura local, de condiciones económicas y ecológicas [6], y así tambien pueden ser indiosincrásicos como lo subraya David Bollier [7].
 Todos los comunes tienen una misma función: « Los comunes naturales son necesarios para nuestra supervivencia, los comunes sociales permiten la cohesión social y los comunes culturales son indispensables para dirigir de manera autónoma nuestra vida personal y nuestras pasiones [8] ».
 Todos los comunes tienen una arquitectura, es decir que pueden ser considerados como sistemas complejos en el seno de los cuales interactúan varios componentes.
La noción de Comunes es asociada a una forma específica de propiedad y de gobernanza que coloca las decisiones colectivas de las « comunidades » al centro del juego socioecónomico. Los comunes son entonces un lugar de expresión de la sociedad y de resolución de conflictos, tal como lo precisa nuevamente Alain Lipietz : « los bienes comunes no son cosas sino relaciones sociales o, más precisamente, las cosas sobre las cuales se desempeñan [...] y son el reino de la diversidad [9]». En otros términos, los comunes son « modos de creación, de gestión y del compartir colectivo y democrático con base en la reciprocidad [10] ».
Frente al peligro principal que efrentan hoy en día los comunes, es decir la privatización y/o su mercantilización, Pierre Calame imaginó una tipología de cuatro tipos de bienes [11] y propone una reflexión sobre su modo de gobernanza.

Ejemplos

« El espectro de los bienes comunes es enorme », según Alain Lipietz [12]. Inspirandóse en las reflexiones de Bertrand Badie [13], se podría considerar que los derechos humanos son dentro de los primeros de nuestros bienes comunes.
A título de ejemplos como bienes comunes, se puede citar a los « creative commons »; los redactores de proyectos colectivos que construyen documentos compartidos bajo un regimen de propiedad abierta, garantizando la no-apropiación privada, a la imagen de Wikipédia o de Music Brainz.
Otros, tales como la página onthecommons, cuentan como biens comunes « los regalos de la naturaleza tales como el aire, los océanos y la vida silvestre tanto como las creaciones sociales compartidas como las librerías, los espacios públicos, las obras creativas y la investigación cientifica ».
Pero también : el patrimonio génético, los lagos, los bosques, el espectro electromagnético, los saberes indígenas, la atmosfera, el Internet, las técnicas de la Informática… hasta tambien la crisis écológica, la irrupción de redes digitales, la economía del conocimiento, la modificación profunda de los regimenes de producción, la redefinición de los derechos de propiedad inmaterial...