La clase de Davos, pese a los agradables modales y la bien entallada ropa de sus miembros, es depredadora.
En mi trabajo, observo que una de las cosas más difíciles de hacer entender al público -el mío suele componerse de personas generosas e inquietas- es que andan por ahí una serie de (…)
Crítica a la élite de Davos
Extracto del libro: Sus crisis, nuestras soluciones