Descolonizar! Conceptos, desafíos y horizontes políticos

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Descolonizar el sistema fiscal

, por KAURA BOLA Guppi, MAKUYANA Nonhlanhla

Cuantificar la riqueza extraída de las naciones y pueblos colonizados e invertida en las instituciones inglesas y sus órganos públicos, es un asunto crucial para comprender los vínculos entre el sistema fiscal y el racismo en Gran Bretaña y en el mundo.

Al buscar soluciones a las desigualdades raciales de la riqueza sin tener en cuenta las raíces coloniales del sistema financiero, se corre el riesgo de continuar apoyándose sin espíritu crítico en las mismas instituciones e instrumentos que han generado la extracción racial de las riquezas. En decir, es necesario analizar el papel persistente de la extracción en el Sur global y en las comunidades marginadas (comunidades raciales, trabajadorxs, comunidad trans, mujeres y personas con discapacidad) por parte de la bolsa de la City de Londres.

Quienes históricamente han moldeado el sistema fiscal en beneficio propio –hombres privilegiados, terratenientes, que también participaron en la esclavización de lxs descendientes de africanxs– deben ser investigados y procesados, si se pretende acabar con los privilegios que se han forjado dentro del sistema. Los paraísos fiscales deben ser el blanco principal de lxs que militan por la igualdad económica y racial, ya que siguen desempeñando un papel fundamental en la persistencia de la desigualdad de ingresos a nivel mundial, como legado del Imperio Británico.

El Reino Unido, luego de la caída del Imperio Británico, no reestructuró su economía en torno a la industria y a los sectores productivos, sino alrededor del mundo financiero. Los bancos de la City de Londres financiaban el imperio al que las colonias pagaban intereses. La independencia jurídica de la City también facilitó e impulsó el papel de Londres como motor de la competencia colonial, impulsada por la explotación racializada.

«Para crear estos espacios, han aprovechado la experiencia desarrollada bajo el Imperio y en los territorios residuales del Imperio –por ejemplo los territorios británicos dependientes–, la experiencia financiera, las redes desarrolladas bajo el Imperio así como el saber-hacer específico para establecer, gestionar y aprovechar un sistema financiero internacional» Tax Justice Network.

No es de extrañar que el Reino Unido haya sistemáticamente defendido sus propios paraísos fiscales frente a los esfuerzos internacionales para abordar la cuestión de su rol en la evasión fiscal, la violación de los derechos humanos y la corrupción. Y esto a pesar de la creciente presión dentro del propio Reino Unido, por ejemplo por parte del grupo parlamentario de Margaret Hodge sobre fiscalidad y corrupción.

Así pues, es probable que la desarticulación de la red mundial de paraísos fiscales, así como de otras actividades de abuso fiscal, sea uno de los puntos clave de la lucha contra la desigualdad racial y económica en el mundo. Sin embargo, las acciones contra los paraísos fiscales y otros abusos fiscales siguen teniendo una dimensión racial, ya que Estados Unidos y las naciones europeas se centran en los paraísos fiscales ubicados en regiones predominantemente habitadas por personas negras, sin ninguna reflexión crítica sobre su propia contribución al origen y a la existencia de paraísos fiscales en territorios europeos o estadounidenses; es el caso, por ejemplo, con los ataques a los paraísos fiscales en Liberia.

Una transformación de la economía

Transición Justa es un término cuyas raíces y tradiciones proceden de los movimientos ecologistas liderados por lxs trabajadorxs en las Américas. Describe un conjunto de principios, procesos y prácticas que pretenden construir un poder económico y político para pasar de una economía extractiva a una regenerativa. La transición en sí debe ser justa y equitativa; se trata de reparar los daños del pasado y construir nuevas relaciones de poder para el futuro mediante reparaciones.

Decolonising Economics utiliza el concepto Transición Justa para englobar una visión de cambio sistémico que aborde las desigualdades raciales y otras formas de injusticias sociales. Antes de comenzar a tratar los elementos racializados del sistema tributario, o a formular estrategias para construir un sistema tributario que respete los principios de la justicia racial; es crucial construir un marco claro para analizar cómo sería la descolonización del sistema económico. El Marco estratégico para la Transición Justa, desarrollado por Movement Generation, [1] es un punto de partida importante. Proporciona un marco para reflexionar sobre el cambio sistémico, reconociendo la finalidad y el modo de funcionamiento de la economía actual (una economía financiera y extractiva), y la finalidad y el modo de funcionamiento de una economía basada en la justicia social (una economía del cuidado, por el respecto a la vida).

Este marco de análisis propone una definición de una economía extractiva como «una economía basada en la extracción de la riqueza de una comunidad a través del empobrecimiento y la degradación de sus recursos naturales, la explotación del trabajo humano (un recurso natural particularmente valioso) y la acumulación de riqueza por intereses ajenos a la comunidad (por ejemplo, los grandes bancos, las grandes industrias petroleras, comercios de grandes superficies). El objetivo de la economía extractiva es la acumulación de riqueza y de poder en unas pocas manos, lo que resulta factible gracias a la violenta privatización de la tierra, de la fuerza de trabajo y del capital. La violencia de esta privatización solo puede conducir a la erosión de la diversidad biológica y cultural».

Las condiciones que permiten que la economía extractiva continúe sin obstáculos incluyen el desarrollo y la difusión de una «mentalidad colonial» –una visión del mundo que se impuso durante la época colonial a través de la construcción de la «raza»– es decir, la idea de que diferentes grupos humanos tienen un valor diferente, en función de su pertenencia étnica y de su distancia con respecto a la blanquitud. La construcción social de la raza surge en la época colonial, ya que forma parte de la construcción de la alteridad, del «Otro», que asigna a la «marginalidad» a cualquiera que se aparte de la «blanquitud» dominante.

Estos discursos dominantes en torno a los grupos marginados han sido instrumentalizados para explicar las desigualdades, calificando incluso a las personas queer y trans de inmorales, a las personas con discapacidad de inútiles, a lxs trabajadorxs de perezosxs y a las personas racializadas de «salvajes». Según Nim Ralph, esta idea de la alteridad se ha utilizado para justificar toda forma de violencia contra los pueblos africanos, indígenas, de ascendencia latinoamericana y asiática, en la búsqueda de beneficio.

El Marco estratégico para la Transición Justa, desarrollada por Movement Generation, es nuestro marco para entender el cambio sistémico, capaz de atacar los orígenes coloniales del sistema económico. Este marco considera que cualquier reforma de la economía actual no surtirá efecto sobre la justicia racial, a menos que se reconozca el rol y la función de la supremacía blanca en el impacto ininterrumpido de las desigualdades raciales y económicas en el mundo. Ya sea mediante la adaptación del sistema actual, la construcción de nuevos sistemas o la facilitación de la transición, todxs tienen un papel que cumplir en este contexto.

Cuestionar el sistema fiscal mediante la crítica a la mentalidad colonial arrojará luz sobre la historia de la extracción de riqueza a las poblaciones racializadas. Es crucial reconocer la influencia que ha ejercido esta mentalidad en la manera en que concebimos soluciones al problema de la desigualdad económica y racial. La mentalidad y la historia coloniales han sido invisibilizadas en el pasado por muchas organizaciones tradicionales que luchan por la justicia social y fiscal: un error fatal en su trabajo por la justicia racial.