aniversario: China-África: un colaboración en debate

, por InfoSud

Traducido por Maxime Besnard. Versión original en francés

(Syfia Suisse/Info Sud) La llegada firme des los operadores chinos en África obliga los países del norte y del continente negro à cuestionarse. Debate en torno a lo que los occidentales tienden a calificar de colonialismo económico.

« Cuando quiero construir una autopista, me toma 5 años para concluirlo con el Banco Mundial. Con China, se arregla en algunos días: digo sí o no y firmo”. Abdoulaye Wade, el presidente Senegalés, resumía así, durante la cumbre Unión del 2007, europea-China la nueva alianza entre el Imperio del Medio y los países africanos.

Carrera salvaje hacia el petróleo de Sudán, desencadenamiento de construcción de rutas y otras infraestructuras en Argelia, explotación a tope de las industrias mineras en Zambia o en RDC… Los ejemplos se multiplican al infinito: China ha convertido África en su “Far-west”, según la fórmula de Michel Beuret y Serge Michel en su trepidante recopilación de reportajes titulada La Chinafrique, Pékin à la conquête du continent noir (Chinarfica, Pekín a la conquista del continente negro).

Estos últimos años, las inversiones directas chinas en África se llevó la tajada del león, pasando de 327 millones de euros en 2003 à 5,2 mil millones en 2008. Los intercambios comerciales, que llegaban a 12 mil millones de dólares en 2002 casi decuplicaron para alcanzar los 107 mil millones de dólares hoy. China se ha vuelta el segundo socio económico de África, justo detrás de los Estados-Unidos.

Quedadas atrasadas, las ex-potencias coloniales critican esa irresistible ascensión que aparentemente nada puede parar, invocando en particular la ausencia de exigencia del socio asiático en cuanto al respeto de los derechos humanos y de lucha contra la corrupción. ¿Pero sobre qué intereses está basada esta alianza? ¿Después de la “Franciafrica”, la “Chinafrica”? Estas ardientes preguntas fueron el sujeto, a fines de Abril, de un debate apasionado en el Salón Africano del libro en Ginebra.

“Una competición larvada”

Para el economista congolés Fweley Diangitukwa, autor de Les grandes puissances et le pétrole africain. Etats-Unis-Chine: une competition larvée pour l’hégémonie planétaire (Las grandes potencias y el petróleo africano. Estados-Unidos-China: una competición larvada para la hegemonía planetaria), si los chinos están hoy en día en África, es porque los colonizadores no hicieron correctamente su trabajo.

Esta visión, definiendo en cierta medida los países africanos como víctimas, está matizada por el periodista suizo Michel Beuret. En esencia, éste afirma que es poniéndose en ejemplo envidiable para África que China se impuso como socio. “Una cosa que los chinos no entienden, es por cierto la visión colonizadora, sostiene Michel Beuret, valiéndose de su experiencia en África. Los africanos son fascinados por eso hombres amarillos que llegan y curran día y noche en las mismas condiciones que ellos, y que duermen también en la calle. Eso impone respeto. En este sentido, no ven necesariamente a los chinos como arrogantes. “Una diferencia considerable, según él, con la percepción del colono occidental”.

Ejemplo para seguir por cierto, pero Jean-Claude Péclet, periodista para el cotidiano Le Temps y moderador de debate, recordó que china también es opacidad, corrupción, promesas rotas, saqueo de recursos naturales… “Cuando los occidentales acusan a China de saquear las materias primas en África, los africanos se ríen sarcásticamente”, ironiza Thierry Bangui, consultante en desarrollo, originario de República Centroafricana.

Contraparte concreta

Para Thierry Bangui, las críticas de los occidentales son fáciles de desmantelar. Y recordar el enorme importe de dinero africano lavado en Occidente. Un punto de vista compartido con Fweley Diangitukwa, quien recuerda que los únicos que se quejan de la presencia china en África son los occidentales, mientras que 90% de las armas vendidas en el continente, son vendidas por países miembros del Consejo de Seguridad.

Michel Beuret asiente: “La contraparte propuesta por los chinos consiste en realizaciones muy concretas. Irrigan el continente negro y proponen de colgarlo al tren de la mundialización. Pero, para hacer eso, hacen faltas infraestructuras de base. No se congela carne sin heladera. Los chinos construyen las represas, las rutas, los puentes, las redes electrónicas.” Una manera concreta de proponer ayuda al desarrollo sin contraparte visible, con efecto inmediato.

¿Pero, podemos ir hasta hablar de colaboración ganador-ganador? “Los chinos tiene una estrategia con respeto a África. ¿Pero qué hay de la estrategia africana?”, pregunta Thierry Bangui. Para Fweley Diangitukwa, el economista congolés, la relación ganador-ganador no existe. Exportando su mano de obra, China buscó, en primer lugar, solucionar el problema del desempleo interno. Ahora, los chinos ocupan el pequeño comercio que era asegurado por los africanos.

Los tres especialistas sin embargo, están de acuerdo para reconocer un real poder de negociación a los países africanos. “Los africanos pueden alegar sus intereses en los contratos con sus socios chinos. Pero, para eso, tienen que responsabilizarse y jugar de igual a igual, no solamente económicamente, sino también políticamente,” subraya Thierry Bangui.