¡Feminismos! Eslabones fuertes del cambio social

Index del dossier

Palestinas: ¿Cuáles son los desafíos de las luchas?

, por SHLALDEH Lamya

Desde el principio del proceso de la colonización israelí, las mujeres palestinas se han movilizado para hacer frente a sus terribles consecuencias. A pesar de un contexto social, político y cultural hostil a su participación política, las Palestinas desempeñan una importante función en la lucha para la autodeterminación, y al mismo tiempo actúan activamente en la puesta en marcha concreta de políticas no discriminatorias hacia las mujeres.

El conjunto de los Palestinos-as, mujeres y hombres, de todas las clases sociales, sufren la colonización israelí cotidianamente. El pueblo palestino es víctima del rechazo, del exilio y de los masacres. Forzado-a en migrar y desplazarse lejos de su país, un-a palestino-a no puede decidir sobre su vida o tener el derecho a la autodeterminación. Además, cada uno-a sufre la prohibición de ejercer su derecho a la soberanía, al punto de ser víctima de una política feroz que tiene como objetivo aniquilar las bases de un Estado palestino. Sus recursos naturales son expoliados e inaccesibles.

Foto : Stephen Melkisethian / Flickr (cc by-nc-nd)

Sin embargo, la evolución del sistema internacional de protección de los derechos humanos ha legitimado las reivindicaciones del pueblo palestino, tanto en la cuestión del derecho a la independencia y de la liberación del yugo de la colonización israelí, como en la cuestión de la igualdad y de la justicia social. De hecho, la Carta Internacional de los Derechos Humanos, como los diferentes tratados internacionales en materia de derechos, han constituido un marco jurídico que permite la promoción de la igualdad mujeres-hombres, respecto a los derechos civiles, políticos, culturales, sociales y económicos. Asimismo, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer o CETFDCM (en inglés CEDAW) es la consagración de un proceso jurídico igualitario hacia las mujeres. Efectivamente, la CETFDCM obliga los Estados a poner en marcha procedimientos para acabar con la discriminación hacia las mujeres.

No obstante, aunque Palestina haya firmado estos acuerdos internacionales, tanto la realidad social y política como la naturaleza de las relaciones en los territorios constituyen un verdadero obstáculo para aplicar principios igualitarios, principalmente en los juicios provenientes de los tribunales palestinos ya que el derecho penal y el código de la familia siguen teniendo textos discriminatorios hacia las mujeres. Esta realidad vuelve a poner los derechos de la mujer en primer plano, a nivel nacional e internacional. Se trata de promover la aplicación efectiva de estos acuerdos y de transformar el sistema jurídico para adecuarlo con aquellos.

Las mujeres palestinas y el proceso de colonización

Por el tradicionalismo que caracteriza las relaciones mujeres-hombres en la sociedad palestina, abordar el papel de las mujeres palestinas en la lucha para la autodeterminación no puede ser disociado de la cuestión del movimiento de liberación nacional y de la lucha contra la colonización israelí. Efectivamente, desde el principio de este siglo, las militantes han multiplicado sus esfuerzos para imponer su participación constructiva y han creado estrategias nacionales para manifestar, al lado de los hombres, su rol pionero en la acción política y la resistencia contra la ocupación.

En este contexto, instituciones e investigadoras han emprendido un trabajo de investigación sobre la participación de las mujeres en la acción política. Se ha podido recopilar información sobre sus luchas para la autodeterminación. Gracias a un equipo de investigadoras implicadas en un proyecto sobre la historia oral de la participación política de las mujeres palestinas, varios testimonios de mujeres han sido compilados sobre este tema. Estos testimonios subrayan la centralidad de la participación femenina en la acción política, militar, humanitaria y en los diferentes servicios sociales. También subrayan la necesidad de una redefinición del significado de la acción política y de una abolición del hiato que separaría la esfera privada y la esfera pública. Esta investigación [1] subraya la naturaleza de los papeles desempeñados por las mujeres en periodos temporales diferenciados de la participación en la vida colectiva de los-as Palestinos-as. Regresa al comienzo de esas militancias y muestra la evolución hacia un núcleo político organizado. Efectivamente, la acción social y humanitaria observada en primer lugar era simplemente una participación militante para enfrentarse a los males y a los daños causados por la situación política y colonial; y esto en diferentes momentos de la historia palestina. Las mujeres han participado en la organización de manifestaciones y de sit-in; y han desempeñado un papel pionero en la redacción y la traducción de peticiones difundidas en los consulados, lo que ha constituido una expresión política singular.

La primera actividad política propiamente femenina data de 1893 en Aafoula: las mujeres organizaron una manifestación en contra de la instauración de la primera colonia judía. Más adelante, la revuelta de Al Buraq de 1929 constituye un punto central en el cambio de la vida política de las mujeres palestinas. Nueve mujeres son asesinadas entonces a manos de soldados británicos. Lo cual incitó aún más a las Palestinas a involucrarse para cambiar su situación económica y política. Frente a las operaciones británicas que consistían en ejecuciones, masacres, encarcelamientos, destrucciones y expulsiones, las mujeres se movilizan con intensidad.

El primer congreso feminista palestino se organizó en Jerusalén en 1929. Más de 300 mujeres participaron y organizaron una manifestación frente a la Alta Comisaría Británica en Palestina Contra la Inmigración Judía. Desembocó en la creación del Comité Ejecutivo de la Asociación de Mujeres Árabes. El mismo año, la Unión Feminista Árabe se creó en Jerusalén y en Naplusa. Estas organizaciones tendrán un rol central en los diferentes sectores económicos, sociales, culturales y a nivel nacional, procurando ayuda para los-as heridos-as y sus familias, así también dando cursos de alfabetización.

Una asociación feminista clandestina se creó en Yafa, en 1948. Tenía el nombre de Zahrat Al Uqhuan ("crisantemo"). Esta asociación comenzó por actividades de orden humanitario antes de involucrarse en la vía de la lucha armada después del asesinato de un niño palestino por un soldado británico. De 1948 a 1967, la asociación dio su apoyo a las poblaciones víctimas de los daños causados por la colonización.

Además, la Organización de Liberación de Palestina (OLP), creada en 1964, constituye una alternativa y una referencia política central de los movimientos nacionales palestinos. Un movimiento feminista se desarrolló en su seno. Sin embargo, la representación de las mujeres en las instancias de la OLP fue insuficiente y no reflejaba la realidad de la participación concreta de las mujeres, quienes participan efectivamente en las acciones partisanas, como así también en las diferentes formas de militancia nacional, política, organizacional y armada de la lucha anticolonial. No tuvieron reconocimiento político, siguieron siendo marginadas en los partidos políticos, pocas fueron las que pudieron acceder a puestos de responsabilidad. Esta situación se explica por una lectura tradicionalista de las relaciones mujeres-hombres, incluso en la OLP.

En 1965 fue creada la Unión General de Mujeres Palestinas, una organización popular feminista que desempeñó una función social y política a favor de las mujeres en el seno de los territorios ocupados. En 1978, el movimiento feminista fundó asimismo un movimiento campesino en las zonas rurales palestinas. En 1982, surgieron cuatro organizaciones feministas al margen de los partidos políticos. Dichas organizaciones realizaban una acción política invisible pero pertinente, tanto en materia de la movilización de las mujeres para la participación política, como de las actividades asociativas.

Sin embargo, su acción se centraba alrededor de la lucha contra la ocupación, colocando en un segundo plano la cuestión de los derechos sociales de las mujeres. De hecho, cada vez que el debate sobre los derechos de la mujer se adentró en la agenda de los partidos políticos, terminó tropezando con una respuesta clásica, la que sostiene que no es una prioridad delante de la cuestión de la liberación nacional. Los responsables políticos tradicionalistas aún carecen de la voluntad para la integración de las mujeres en la vida social y se niegan a reconocer la importancia de su participación a lo largo de la historia política palestina. Las mujeres palestinas continúan siendo consideradas de segunda clase.

Representación política de las mujeres palestinas

En 1987, cuando los-as palestinos-as emprendieron la primera Intifada, el movimiento palestino se planteó luchar contra la colonización israelí. En este contexto político, el movimiento feminista retomó su labor humanitaria, mientras la acción política se escondía detrás de las acciones sociales y culturales. Las mujeres emprendieron entonces diversas maneras de trabajar junto a los diferentes estratos sociales y en distintos planos: la educación nacional, la salud, la agricultura, las cooperativas de mujeres, o incluso la formación de las mujeres en los oficios artesanales. Las mujeres se comprometieron también en los comités de los barrios populares y en los comités nacionales, intentando formar a las nuevas generaciones de mujeres a fin de integrarlas en la acción política y en la lucha contra la ocupación.

Si se recogen las estadísticas oficiales, se observa que entre 1987 y 1997, el 7 % de las personas que murieron en la confrontación con el poder colonial y el 9 % de las personas heridas fueron mujeres [2]. En 1996, el número de prisioneras palestinas era de 40. Hoy en día, con la aceleración de los procesos de colonización, estas cifras tienden a aumentar.

Después del periodo de negociaciones y de la fundación de la Autoridad Nacional Palestina en 1993, Palestina pasa por transformaciones políticas, sociales, y económicas importantes. El poder nacional, los altos mandos y las instituciones constituidos emprendieron un proceso de construcción de fundamentos de una sociedad civil para permitir a las mujeres y a los hombres participar en la búsqueda de estrategias de acción contra la violencia de género. Se pueden constatar avances relativos como la definición de procedimientos temporales tal como las cuotas de mujeres en las listas electorales (al menos un 20 % deberían ser mujeres). El objetivo es el de despertar una conciencia colectiva y permitir que las mujeres tengan acceso a las funciones políticas. Sin embargo, las cuotas quedan limitadas a algunos sectores, solamente a los consejos locales y comunales. Las estadísticas muestran que asistimos de hecho a una disminución de la participación de las mujeres en la vida política. Referente a la representación parlamentaria, las mujeres pasan de solamente 5 escaños en 1996 a 17 en 2006.

Desde 2012, las mujeres militan activamente para aumentar las cuotas de 20 al 30 %. Los partidos, en teoría han aceptado esta reivindicación. No obstante, en la práctica, la situación no cambia. Se puede observar en el periodo preparatorio de las elecciones comunales de mayo de 2017 que la presencia de mujeres en las listas responde a la antigua cuota del 20 %.

La acción política de las mujeres palestinas ha pasado por cambios drásticos, tanto a nivel de movimientos sociales como a nivel de las instituciones. Actualmente, la acción se limita a una acción institucional donde el debate sigue congelado en las significaciones del término "feminismo". La lucha por el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad sufre regresiones ya que su representación no supera el 5 % para las funciones de embajadoras, ministras o jefas de partidos políticos. Los movimiento feministas se alejan de su base popular, poco consultada y que no le da más confianza ni legitimidad, mientras que se supone que deberían representarla. El radicalismo no asiste a la cita, que termina por pasar a ser un reto para el conjunto de los movimientos de mujeres.

Notes

[1ABD AL-HADI Fayha. The Role of Palestinian Women in the 1940s - Political Contribution to Palestinian Women. 2006. Y una serie de documentos de investigación de 1940 a 1982.

[2AMAL ISMAIL Donia, The Political Participation of Palestinian Women between form and content, Urban Dialogue, 2004.

Commentaires

Fuentes :

  • ABD AL-HADI Fayha. The Role of Palestinian Women in the 1940s - Political Contribution to Palestinian Women, 2006.
  • AMAL ISMAIL Donia, The Political Participation of Palestinian Women between form and content, Urban Dialogue, 2004.
  • SOURANI Ghazi, "Palestinian women and their role in the national and democratic path : critical analytical vision", 2010.