¿Cambio climático? No, por favor. Yo no quiero que haya cambio climático, mejor dicho, no
quiero las consecuencias del cambio climático. ¿Y quién lo querría? Si, como aseguran los
científicos, implica inundaciones, sequías, temperaturas extremas, hambre, enfermedades,
etc., no creo que nadie se apunte al cambio climático. Es una perspectiva ya desagradable en
sí misma, pero cuando se explica lo que habría que hacer para combatirlo, se convierte en
intolerable. ¿Moderar el consumo, hacer menos viajes, comprar menos coches? Ni hablar.
¿Cambiar nuestro estilo de vida derrochador e irresponsable? Jamás, menudo aburrimiento.
Por otra parte, queremos sentirnos bien con nosotros mismos, alimentar nuestra autoimagen
de personas solidarias y comprometidas. ¿Cómo resolvemos esta contradicción? Hay dos
maneras. La primera implica aceptar la realidad y nuestra cuota de responsabilidad en el
deterioro ambiental. No es una cuestión de volver al Paleolítico sino de colaborar con lo que
podamos y presionar a los gobiernos para que actúen responsablemente. Ahí el grado de
compromiso y sacrificio al que estemos dispuestos es algo muy personal y queda a la
voluntad y las circunstancias de cada uno, pero creo que, como minimo, estamos moralmente
obligados a una cosa: contribuir a crear una conciencia colectiva sobre el problema.
La segunda manera de resolver la contradicción es negar la realidad. No hay cambio
climático, o no es nuestra culpa, o no es algo grave, o el remedio es peor que la enfermedad.
Fácilmente encontraremos artículos de opinión y libros enteros que apoyarán estas ideas,
como los que analizaré en este trabajo. Se trata, en general, de obras bien escritas y
documentadas que aportan munición contra esos ecologistas que nos quieren hacer sentir mal.
Mientras sólo leamos esa clase de obras, el alivio y la buena conciencia están garantizados,
pero ¡ay como se nos ocurra contrastar los datos o hacer las preguntas adecuadas! O nos
importa el mundo real y todas sus gentes, o no nos importa, esa es la elección básica.
– Descargar el libro : Mentir sobre el cambio climático (pdf, 300ko)