Desde que se creó en 1989, el régimen internacional de lucha contra el blanqueo de capitales no está funcionando tan bien como debería. Tras dos décadas de esfuerzos fallidos, los expertos siguen estudiando cómo poner en práctica un sistema que funcione.
En este número de Crimen y Globalización, Tom Blickman repasa la historia del régimen internacional de lucha contra el blanqueo de capitales (LBC), que, desde que se creó en 1989, parece no estar funcionando tan bien como debería.
Tras dos décadas de esfuerzos fallidos, los expertos siguen estudiando cómo poner en práctica un sistema que funcione. Durante este período, también han aparecido en la agenda internacional otros flujos monetarios ilícitos o no regulados. Hoy en día, la evasión y elusión de impuestos, los capitales en fuga, la fijación de los precios de transferencia y la manipulación de éstos, y las ganancias que proceden de la corrupción de las altas esferas se consideran quizá obstáculos más perjudiciales para la buena gobernanza y la estabilidad e integridad del sistema financiero.