Según el Ministerio de Salud, las mujeres abortamos en promedio dos veces en nuestra vida, entre espontáneos y provocados. En Argentina se realizan anualmente entre 460 mil y 700 mil abortos. El aborto es una realidad innegable.
Pero en el país esta práctica todavía es considerada un delito tipificado por el código penal—con la excepción de algunos casos—y se sigue realizando de manera clandestina, afectando especialmente a las personas con menos recursos, menos información y menos acceso a la salud. Algunas de sus consecuencias están a la vista: 60.000 mujeres terminan internadas por padecer consecuencias de abortos mal hechos y unas 100 mueren por año.
Frente a este panorama, la organización Lesbianas y Feministas por la Legalización del Aborto decidió pasar de la demanda a la acción. Quince militantes del movimiento feminista, GLTTB (Gays, Lesbianas, Travestis, Transexuales, Bisexuales), estudiantil, de izquierda y de derechos humanos, se juntaron en un proyecto común: la línea telefónica ´"Aborto: más información, menos riesgos". Allí asesoran sobre cómo interrumpir un embarazo con recursos farmacológicos, y específicamente con el uso del misoprostol y mifepristone, un medicamento que tiene más de veinte años y es recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos gracias a su eficacia y bajo riesgo de muerte. Leer más