Los países andinos Bolivia, Ecuador y Perú tienen mucho que enseñar y compartir con quienes en la ciudad surcoreana de Busan debaten esta semana cómo conseguir que la ayuda al desarrollo incorpore el enfoque de género para ser eficaz.
"Dime en qué gastas y te diré cuál es tu prioridad", dijo a IPS la pobladora Juana Quispe desde lo alto de un cerro populoso lleno de migrantes de los Andes peruanos, en Lima.
Ella está convencida que solo si el Estado invierte recursos en reducir las desigualdades entre hombres y mujeres, se puede avanzar en enfrentar el problema, así como ella prioriza en su presupuesto diario la alimentación para sus dos hijos.
Bolivia, Ecuador y Perú dieron pasos distintos para que en sus presupuestos se reconozcan las diferentes necesidades, intereses y realidades que tienen los hombres y las mujeres en la sociedad, se registren las inequidades que existen en esta convivencia y se asignen recursos para reducirlas.
ONU Mujeres estableció los presupuestos sensibles al género (PSG) como especial herramienta para reducir la desigualdad.