A cinco meses y un día del golpe de Estado en Honduras nos encontramos con que a fin de cuentas nada grave sucedió. Hoy día hay elecciones presidenciales y borrón y cuenta nueva, al menos eso es lo que se pretende en un marco muy similar en el que a partir del golpe de Estado en Brasil en 1965 la doctrina de la seguridad nacional de Estados Unidos llenó a la región de dictaduras militares.
En función de esa misma doctrina fue derrocado y sacado por la fuerza de su casa y del país el presidente constitucional Manuel Zelaya, contra quien pesa el grave cargo de haberle dado un grado de participación al pueblo hondureño en los asuntos del país, los que por razones obvias le competen. Las elecciones que se realizan hoy fueron convocadas por Zelaya, lo que no impide que los golpistas, de adentro y de afuera de ese país, se sigan tratando de justificar con el argumento de que el mandatario se quería quedar en el gobierno. Leer más