Deshonra militar, militarismo y contrainsurgencia : primera parte

Por Gaspar Morquecho

, por Revista Contralínea

La guerra en Chiapas nos sigue dejando diversas experiencias. Podemos decir que, después de los diálogos de febrero a marzo de 1994, nos encontramos con un largo periodo de lucha política, de resistencia y autodefensa, que cobró nuevos sentido y significado con la fundación de los Caracoles, las Juntas de Buen Gobierno en 2003 y la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 2005, un movimiento insurgente que ha sorteado con inteligencia, valentía e iniciativa 16 años de contrainsurgencia: ocupación militar, aislamiento político, operativos y ataques militares y de paramilitares; programas gubernamentales de “combate a la pobreza”, repliegue de comunidades y de organizaciones indígenas y campesinas que se plegaron a los gobiernos del “cambio” por “pactos de gobernabilidad”, es decir, de sumisión. En Chiapas, conocimos la deshonra militar, el militarismo y la estrategia y tácticas de la contrainsurgencia.

Deshonra militar

¿Saber cuándo se perdió el honor militar? Probablemente fue sólo un mito si recordamos las atrocidades de los ejércitos en la guerra que usted mismo use de ejemplo. ¿Alguna de la antigüedad? ¿La Primera o Segunda Guerra Mundial? ¿Alguna regional de la posguerra? ¿Medio Oriente, Vietnam, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Irak o Afganistán? ¿O alguna de casa, en México y de la Guerra Sucia? ¿“Tierra arrasada” para combatir a las guerrillas rurales y la “infiltración” para aniquilar a las guerrillas urbanas (ambas de las décadas de 1960 y 1970)? ¿La campaña de cerco y aniquilamiento del ejército rebelde de Lucio Cabañas? ¿Las matanzas del ejército federal y del Batallón Olimpia del 2 de octubre en Tlatelolco o la del grupo paramilitar Halcones del 10 de junio en San Cosme? ¿Las guerras de baja intensidad y contrainsurgencia en Chiapas y Oaxaca? La misión de la guerra es la aniquilación del enemigo. No importan los medios ni los tratados internacionales. Eso del “honor militar” no existe, y si existió, fue a parar a la letrina hace muchos años.

Militarización

Después del gobierno del general Cárdenas, a la tropa se le ocupó para cargar contra los obreros, campesinos, estudiantes y cualquier tipo de oposición. Los corridos nos cantaban los crímenes de la tropa al referirse al asesinato de Rubén Jaramillo y su familia después de acordar la desmovilización de los rebeldes en Morelos con el gobierno de López Mateos: “…iban muy bien disfrazados / los malditos asesinos / eran soldados de línea / vestidos de campesinos…”. Leer más