Choque de sistemas capitalistas

Por Martin Khor

, por Red del Tercer Mundo

En muchas partes del mundo se espera que este año, el Año del Dragón según el zodiaco chino, sea auspicioso. Aunque sin duda será interesante, la mayor certeza es que será incierto.

El nuevo Año del Dragón traerá consigo un debate aún más intenso sobre el papel y el crecimiento de China y de otras “economías emergentes”. En momentos en que los países occidentales enfrentan sombrías perspectivas económicas, intelectuales y miembros de las elites políticas parecen temer el rápido avance de algunos países en desarrollo. Acostumbrados a siglos de dominio económico mundial, ahora temen que su liderazgo tambalee.

Éste podría ser el motivo de la obsesión con China. Aparecen constantemente nuevos libros, algunos sobre su alto crecimiento y perspectivas o su compleja evolución política, otros, como Death by China: Confronting the Dragon (Ejecutados por China: enfrentando al dragón) sostienen que el país asiático está destrozando no sólo la economía estadounidense sino el mundo entero y su ambiente.

Los temores van más allá de China e incluyen a otros países emergentes. The Economist describe en su nota de portada, “El ascenso del capitalismo de Estado: el nuevo modelo del mundo emergente”, las Torres Petrona de ochenta y ocho pisos en Kuala Lumpur, la construcción del edificio de la TV Central de China en Beijing y el banco VTB en Moscú como monumentos de la nueva empresa híbrida, apoyada por el Estado pero con un comportamiento similar al de las multinacionales del sector privado.

The Economist admite que el capitalismo de Estado ofrece un atractivo obvio para los países emergentes en la medida que da un peso e influencia a estas empresas que a las del sector privado les llevaría años construir. Pero sus peligros superan a sus ventajas, aduce. Por su propio bien y del comercio mundial, los enormes holding deberían ser entregados a inversionistas privados.

Pero la revista también admite que esta forma híbrida de “capitalismo dirigido por el Estado” no es nuevo y menciona a la Compañía de las Indias Orientales, un enorme conglomerado que se apropió de varias economías de países asiáticos, contando para ello con el respaldo de los buques cañoneros del gobierno inglés y su imperio colonial.

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