Cambio climático y su impacto en la región
La Región del Chaco Americano se encuentra situada en el centro del continente sudamericano y es compartida por Argentina (62,19% del territorio), Bolivia (11,61%), Paraguay (25,43%) y una pequeña porción del Brasil (0,77%). Un 47% de su población posee Necesidades Básicas Insatisfechas. Es una región con importante presencia de pueblos indígenas que comparten su territorio con campesines, familias criollas, inmigrantes y descendientes de migrantes, lo que configura un territorio con una multiplicidad de actores con gran diversidad cultural, lingüística, de usos y costumbres que se aferran al entorno natural como fuente de recursos para su subsistencia.
Sin embargo, el cambio climático está impactando de manera agresiva estas comunidades, alterando las temperaturas y las precipitaciones. Los cambios en el régimen de lluvias están intensificando los eventos climáticos extremos, dando como resultado espacios de tiempo prolongados de sequía y otros de altos picos de precipitaciones e inundaciones. Al mismo tiempo, Las emisiones continuas de gases de efecto invernadero están cambiando el clima y ampliando riesgos para los sistemas humanos y naturales: las temperaturas alcanzan máximos de 50º y mínimas por debajo de los 0º. Si a esto le sumamos otros hechos como la reducción de la criósfera [1], la deforestación, la contaminación de las cuencas y los ríos, la sobreexplotación de acuíferos y demás recursos naturales, obtenemos un combo altamente riesgoso para la vida y salud de les pobladores.
Estos eventos, además de las débiles gestiones públicas sobre los recursos hídricos, aceleran la desertificación y las inundaciones, que provocan recurrentes crisis hídricas en zonas urbanas y rurales populosas, aumentando el número de personas en riesgo de perder su acceso regular a agua segura para alimento y producción. Si tenemos en cuenta además la poca infraestructura para el acceso y provisión de agua para consumo y producción en estas zonas, podremos vislumbrar el impacto negativo que esto tiene en las poblaciones marginales, donde las mujeres, les niñes y ancianes son les más perjudicades y vulnerables, poniendo en riesgo su seguridad alimentaria, como la propia permanencia y supervivencia en el medio rural.
El Chaco Paraguayo: características del territorio y sus comunidades
El chaco paraguayo posee un clima semiárido que, agravado por el cambio climático, presenta largos períodos de sequías de junio a diciembre, donde la evaporación potencial [2] es mayor que las precipitaciones, por lo que los suelos son más bien quebradizos con escasas pasturas. En estos períodos además, el agua para consumo y producción se ve limitada ya que disminuye el volumen de agua de los tajamares [3], fuente de consumo para las comunidades indígenas de la región.

Sumado a esto, podemos observar la situación de vulnerabilidad en el “Informe de vulnerabilidad de impacto del cambio climático en el chaco”, cuando expresa que en los departamentos del Chaco Paraguayo se registran profundas proporciones de hogares con altos niveles de carencia según sus Necesidades Básicas Insatisfechas [4]. Los medios de subsistencia de estas comunidades indígenas son la agricultura, apicultura y en menor escala, la ganadería. Estas actividades se ven interrumpidas en el período de sequía haciendo que las comunidades deban subsistir con lo que les provea el bosque, generalmente frutos de algarrobo de los cuales obtienen harina y jugos.
En este contexto, la problemática más importante que enfrentan las comunidades indígenas de la región es la escasez de agua: las mujeres deben caminar muchas veces hasta cinco kilómetros al tajamar más cercano para obtener dicho recurso indispensable para la vida. Los tajamares se utilizan mucho en la zona del gran chaco, son grandes piletones de tierra en donde se acumula el agua de lluvia, por lo tanto, el agua que se extrae de allí de por sí es amarronada, sucia y más aún cuando desciende el nivel de agua. El consumo de agua en estas condiciones desencadena distintas enfermedades e intoxicaciones en la comunidad, que se ven agravadas por el hecho de no tener acceso a la salud. Respecto al agua, Lina Lopez - mujer indígena referente comunitaria y miembro de OMMI - señala: “nosotros tomamos “agua chocolate” por el color que tiene. La sacamos del tajamar que en épocas de sequía el agua baja y sube la tierra entonces el agua toma ese color. Agua, vivienda y salud es lo que no tenemos.”
Cabe destacar que durante el año 2019, como consecuencia del proceso de cambio climático que afecta la región, se sufrió en los meses de marzo a abril una inundación sin precedentes en el chaco paraguayo, por lo que las organizaciones - y especialmente las mujeres - debieron afrontar nuevas estrategias y asumir un rol activo ante el reclamo al estado. Como indican los medios periodísticos murieron cinco personas en los departamentos de Presidente Hayes y Alto Paraguay por no recibir la asistencia médica adecuada, por estar aislados y no recibir asistencia del gobierno. En este marco Lina López, lideresa de la comunidad, remarca “no hay asistencia médica. Una vez al año van los doctores y después nos dejan como animales”.
Organización de Mujeres Mismo Indígena (OMMI)
Las mujeres de la comunidad Enxet Sur habitan en el Departamento Presidente Hayes en la región del chaco central paraguayo. Si bien pertenecen a la Organización Mismo Indígena (OMI), en el año 2000 decidieron agruparse y conformar una organización exclusiva de mujeres que les permita una mayor participación en las decisiones de la comunidad, ya que no eran incluidas en las mismas. Cabe destacar que son ellas quienes permanecen en el territorio cuando los hombres viajan a la ciudad por trabajo, viéndose expuestas constantemente a las vulnerabilidades del lugar. Así es que se constituye La Organización de Mujeres Mismo Indígena (OMMI) frente a la necesidad de buscar soluciones colectivas a problemáticas diarias.

Para abril de 2019, a la organización OMMI la integran 415 mujeres, que buscan generar sus propios ingresos a través de la venta de artesanías y de la apicultura (Fondo de Mujeres del Sur, sf) y que están cada vez más convencidas que es necesario estar organizadas para luchar y reclamar por sus derechos. El haber creado esta organización les permite reunirse para enfrentar problemáticas comunes, capacitarse en derechos, participar con distintas ONGs en la elaboración de proyectos, formarse y así buscar opciones para sus problemáticas contemplando sus tradiciones y características culturales.
Estrategias de las mujeres para superar las contingencias
Es de destacar el lugar central que ocupan las mujeres quienes han sido por lo general las encargadas de la reproducción cotidiana, cuidando los recursos y surtiendose del monte con respeto y cuidado de su biodiversidad, asegurando el agua a pesar del gran esfuerzo de caminar kilómetros. “Las mujeres, hoy en día es hora de despertar y accionar, para lograr nuestro objetivo y hacer ver lo que es invisible, que mantenemos guardado en nuestras mentes, tenemos capacidad, tenemos conocimiento y somos trabajadoras. No podemos permitir que nos domine la pobreza, que nos impide defender nuestros derechos como mujeres y pueblos indígenas ENXET” (Fondo de Mujeres del Sur, sf).
Como planteamos anteriormente, una de las problemáticas más sentidas por las comunidades es el acceso al agua. En palabras de Lina Lopez: “para mi, como mujer Indígena, el agua es vida. Yo quiero el agua para darle a mis hijos, para poder bañarlos, para poder lavar su ropa, para poder cocinar, lavar sus cubiertos, lo básico que podemos hacer. No podemos vivir sin el agua, en tres días podemos estar todos lánguidos y en un corto plazo hasta podemos morir, la verdad, el agua es vida.”
Como estrategia de adaptación y superación a la falta de agua, referentes de la organización OMMI participaron en Argentina, durante octubre 2018, de la “Ruta de Aprendizaje Mujeres, Derechos Humanos y Agua” [5], donde por medio de intercambios y aprendizajes vivenciales, aprendieron sobre incidencia en políticas públicas, monitoreo de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) [6] y su vínculo con el territorio, como a construir cisternas [7] para cosechar agua de lluvia y tratarla para obtener agua segura para el consumo humano. Y a partir de esta experiencia, las mujeres de OMMI están construyendo 8 cisternas en sus comunidades: “En la ruta conocimos las cisternas que son unos tanques grandes para guardar agua de lluvia. Nosotras mismas construimos una en la ruta, para aprender a hacerlas en nuestras aldeas… Es algo que necesitamos en nuestras comunidades para dejar de tomar agua chocolate, y dejar de enfermar, y cuidar como debe ser a nuestros hijos” (Lina Lopez, 2018).

Estas cisternas, son sumamente importantes para las mujeres de OMMI, como para la región chaqueña de Paraguay, ya que son las primeras de su tipo en la zona. Estas mujeres están introduciendo una tecnología nueva de construcción que puede ser útil no solo para sus aldeas, sino también para comunidades y aldeas indígenas vecinas.
Como mencionamos antes, en estas comunidades las mujeres son quienes en casi la totalidad de los casos se responsabilizan de la producción de alimentos y la cría de animales para abastecer a sus familia. Estas tareas se vuelven imposibles sin el acceso adecuado al agua, impactando directamente en la economía familiar. Son ellas quienes resuelven el problema del abastecimiento del agua: ya sea acarreando agua de pozos o tajamares, o caminando kilómetros para acceder a una fuente de agua. Esta situación las ubica en una situación de mayor desventaja ante el cambio climático, aumentando su vulnerabilidad.
Es por esto que es urgente tomar medidas, desde las organizaciones sociales, pero principalmente desde los Estados, para garantizar el derecho humano al agua segura de todes y en particular de las mujeres. Promoviendo acciones y estrategias, muchas veces de pequeña escala, pero que cambian radicalmente la calidad de vida de las comunidades. Este es el caso de la cosecha de agua de lluvia, una estrategia que viene ganando terreno por su bajo costo, alto impacto y sobre todo, porque las comunidades se apropian de la tecnología como una verdadera solución de sus problemas de acceso al recurso hídrico.
De las estrategias seguidas por las OMMI, observamos que no solo es necesario fomentar el acceso al agua, sino también el empoderamiento de las organizaciones de base, las familias y las comunidades en general para que sean más resilientes y adquieran mejores herramientas para adaptarse al cambio climático.
Referencias:
- Fondo de Mujeres del Sur. “Organización de Mujeres Mismo Indígena (OMMI)”. Recuperado de: http://mujeresdelsur.org/sitio/archivos/Descargas_Directas/Notas%20GDA%20OMMI.pdf
- Fondo de Mujeres del Sur. “Las mujeres somos agua” (19 de junio de 2017). Recuperado de: https://www.facebook.com/fmujeresdelsur/videos/10156189031643906/
- Solidaridad. “Día internacional de los pueblos indígenas: incluyendo a todos en soluciones sostenibles” (9 de agosto de 2018). Recuperado de: https://www.solidaridadsouthamerica.org/es/news/d%C3%ADa-internacional-de-los-pueblos-ind%C3%ADgenas-incluyendo-a-todos-en-soluciones-sostenibles
- Informe de Avance Junio 2013. Universidad Nacional de Formosa (Argentina), Universidad de la Cordillera -Fundación la Cordillera (Bolivia, Desarrollo, Participación y Ciudadanía (Paraguay), s.f. Recuperado de: https://granchaco13.wixsite.com/comunidad/estudio-de-la-comunidad
- UltimaHora (14 de Mayo de 2019). “ Inundaciones en el Chaco dejan 5 fallecidos por falta de asistencia” Recuperado de: https://www.ultimahora.com/inundaciones-el-chaco-dejan-5-fallecidos-falta-asistencia-n2819363.html
- Declaratoria por el Acceso al Agua; 2015. ActionLac. Recogido en https://actionlac.net/declaratoria-del-agua/
- Entrevista a Lina Lopez realizada por Paula Fortunato y Nicolás Avellaneda en octubre 2018. Argentina. Documento sin publicar de Fundación PLurales.
- Entrevista a Lina Lopez realizada por Lilian Gregorio en abril 2019. Paraguay. Documento sin publicar de Fundación Plurales.