Alemania marca el sendero verde

Por Peter Custers

, por Inter Press Service (IPS)

La decisión era esperada, y sin embargo sacudió a la industria nuclear. El 29 de mayo, unos dos meses y medio después del desastre en la oriental central japonesa de Fukushima-Daiichi, Alemania anunció que abandonaría la energía atómica.

Si bien hasta ahora este país europeo había dependido de la producción nuclear para cubrir alrededor de 27 por ciento de sus necesidades eléctricas, dentro de 11 años habrá puesto fin a todo uso de centrales atómicas.

De los 17 reactores existentes, se cancelaron las operaciones en ocho de ellos, incluyendo los siete más antiguos, inmediatamente después de la catástrofe de Japón.

Entonces, la canciller (jefa de gobierno) Angela Merkel –resistiendo la oposición de las corporaciones de energía alemanas—anunció que todas las otras plantas serían cerradas también a más tardar para 2022.

Esto significó un cambio drástico en la política alemana, ya que el gobierno derechista de Merkel anteriormente había previsto extender su dependencia de la energía nuclear. Críticos de la canciller la acusan de haber cedido a la presión popular.

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