Actos de sujeción

, por BRUCE Jorge

Aunque pareciera una paradoja, no lo es: mientras el crecimiento económico peruano se mantiene, nuestra sociedad da crecientes muestras de involución en otros aspectos. Por ejemplo, la reciente condena inquisitorial contra Gastón Garatea no debería sorprender a nadie, pues el cardenal Cipriani ha sido coherente en ese comportamiento autoritario, represivo e intolerante. Forma parte de una estrategia de dominación de las mentes y cuerpos de cuantos peruanos y peruanas se lo permitan. Lo más relevante, acaso, es que se siente plenamente respaldado para hacerlo. Hay sectores en los medios, en la política y en la economía que o bien lo apoyan o callan oportunamente. En el cálculo del Arzobispado, esta prueba de fuerza es, probablemente, una movida en su afán de hacerse de la PUCP, que en un artículo del diario Expreso acaba de ser llamada una institución diabólica (¡).

En ámbitos muy diversos se pueden observar muestras de esa regresión social. El colectivo de TLGB ha denunciado la existencia de un diplomado, auspiciado por la Facultad de Derecho de la Universidad de San Marcos (nada menos), que ofrece módulos sobre “disfunciones sexuales: homosexualismo, prostitución, adicciones sexuales”. Hay que frotarse los ojos para asegurarse de estar despiertos: semejante amalgama expresa una ignorancia cuyas consecuencias son muy nocivas. ¿Qué relación puede haber entre la prostitución y la homosexualidad?

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