Contexto
En Argentina, 5.3 millones de personas no tienen acceso al agua potable dentro de su vivienda y cerca de 1 millón no lo tiene en el perímetro de su terreno (Censo Nacional 2010). Si se toma el total de la población, más del 13% de les argentines no goza de acceso permanente a este recurso, especialmente en las provincias que integran la región del Gran Chaco, donde las cifras alcanzan a un 41% de hogares sin agua.
En las comunidades rurales aisladas, este problema implica grandes riesgos a la seguridad alimentaria de las familias debido a que las poblaciones dependen en su mayor medida de la producción familiar, cultivos y cría de animales. La falta de agua repercute directamente en el acceso a una vida digna e influye en la decisión de permanencia o no de las familias en sus territorios. Para acceder al agua, les pobladores pagan hasta ocho veces más que en las zonas urbanas y, cuando no disponen de los recursos económicos, las familias deben caminar hasta 6 horas diarias para conseguir el agua para consumo de fuentes no seguras. Cabe destacar que la tarea de acarreo de agua recae generalmente sobre las mujeres y niñes.
En la zona del Salado Norte, el acceso al agua segura resulta una problemática de vital importancia para les pobladores, no sólo para consumo humano, sino también para la producción. Dicha zona se encuentra en la región del Norte Grande de Argentina en la provincia de Santiago del Estero, sobre la Ruta Provincial N°2, a 300 Km al norte de la ciudad capital de la provincia, Santiago del Estero. La zona comprende ambas márgenes del Río Salado y abarca parte de los departamentos Copo, Alberdi y Pellegrini, limitando al norte con la provincia de Salta.
El epicentro del Salado Norte –San José del Boquerón- tiene un área de influencia de 70km a la redonda, donde viven 1200 familias aproximadamente. En el casco de la comuna de San José del Boquerón, existe una planta potabilizadora compacta, que provee de agua potable a las viviendas que se encuentran a 5km a la redonda. Todos los parajes que exceden ese radio, deben enfrentar diariamente la problemática del acceso al agua segura. Este es el caso de les habitantes de los parajes de La Candelaria, Tacioj, Consuelo y Villa Matoque, ubicados a más de 50km al norte del casco de la comuna.
Estas comunidades se ven continuamente expuestas a situaciones de estrés hídrico [2] ya que el agua a la que pueden tener acceso proviene de surgentes [3] de muy mala calidad -por la alta presencia de arsénico, flúor y sales- lo que la convierte en agua no apta para el consumo humano. El agua obtenida a través de surgente es algo muy común en la zona, sin embargo la misma se encuentra naturalmente contaminada con arsénico. El Laboratorio de Agua de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Católica de Córdoba, realizó mediciones de arsénico en napas obteniendo una concentración de 0,5 mg/L a 80 metros y 0,1 mg/L en la napa de 200 metros, ambos sobrepasando ampliamente el máximo valor permitido según Cap. XII del Código Alimentario Argentino (Ley 18.284) de 0,01 mg/L (Plataforma del agua, sf).
Por lo tanto, las familias de parajes alejados a San José de Boquerón que se encuentran lindando el río Salado, se abastecen de agua del río a partir del acarreo cotidiano (en bicicletas, caminando o en zorra). Las que se encuentran más alejadas, deben recurrir a la “cosecha de agua de lluvia” o consumir el agua de surgentes contaminadas con arsénico.
El abordaje del problema y diseño de estrategias
A partir de esta realidad, se abordó la problemática en el marco de la “mesa de desarrollo”: espacio interinstitucional donde participan organizaciones campesinas y técnicos/referentes de instituciones locales que vienen articulando acciones en la zona, conformando una red de contención socio-técnica que da soporte y sostenibilidad a largo plazo a las acciones impulsadas. Participan de este espacio: la Organización Campesina de Copo, Alberdi y Pellegrini; Asociación de Pequeños Productores de Alberdi; Upsan Villa Matoque; Asociación Civil La Candelaria. Como organizaciones técnicas: Secretaría de Agricultura Familiar (SAF), Fundación Plurales, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la comuna de San José del Boquerón, etc.
De manera colectiva, se realizó un diagnóstico de la situación en la zona y los diferentes parajes. Se establecieron criterios para la selección de las familias beneficiarias utilizando indicadores como cantidad de miembros por familia, jefatura femenina en el hogar, cantidad de niñes menores de dos años, mujeres embarazadas, entre otros. A partir de ello, se llevó a cabo la selección por parte de las organizaciones de manera democrática, consensuada y respetando la toma de decisiones.
Una vez definidas las familias se comenzó a estudiar las tecnologías factibles para el acceso al agua. En un primer momento, se consideró la posibilidad de realizar una toma de agua de río, canalización, filtrado y clorado. A raíz del trabajo conjunto con el Ministerio de Agua y Ambiente de la provincia de Santiago del Estero, se llegó a la conclusión de que por las características del río la idea no era factible ya que en ese sector el río Salado posee una cantidad considerable de áridos lo cual complica la extracción de agua por bombeo. Además, aguas arriba se está construyendo un azud, una presa que luego deriva el agua hacia distintas zonas por medio de canales, lo cual cambiará al curso natural del agua y los márgenes río abajo. Se destaca entonces la importancia de la articulación con los organismos técnicos con saberes específicos, para una efectiva utilización de los recursos y las tecnologías.
De este modo se llega a la propuesta de la cosecha de agua de lluvia como estrategia para el abordaje de la problemática, luego de evaluar que las precipitaciones en la región posibilitan acumular -ya sea en aljibes o cisternas- volúmenes de agua óptimos para el consumo de las familias.
A partir de esto, en conjunción de un criterio técnico y un criterio de legitimidad y confianza por parte de las organizaciones campesinas, se expusieron los diferentes dispositivos factibles para la cosecha de agua de lluvia, eligiendo cisternas de ferrocemento que tienen la capacidad de acumular hasta 10.000L de agua, utilizado como superficie de captación del agua techo de chapas y completando el sistema con una bomba manual de extracción de agua.
Para llevar a cabo el proyecto de construcción de cisternas, INTA realizó tres capacitaciones con la finalidad de que la comunidad dominara la técnica de la auto-construcción de las mismas. También, en conjunto con Fundación Plurales, se capacitó en construcción de bombas manuales de agua y en calidad de agua. El cuidado y control del agua almacenada es un factor importante para las comunidades ya que es la única manera de que el agua almacenada perdure en buenas condiciones. Para ello se realizaron talleres con la comunidad donde se intercambiaron saberes y costumbres respecto al almacenamiento y conservación del agua, el hábito de hervirla previo al consumo, el agregado de lavandina en el agua de la cisterna y la utilización de un kit de cloro [4].
Resultados obtenidos
Como resultado del trabajo en conjunto, se construyeron 100 cisternas de las cuales 97 fueron en hogares de familias pertenecientes a las organizaciones campesinas: OCCAP, UPSAN Villa Matoque, Asociación de Pequeños Productores La Candelaria y Asociación de Productores de Alberdi. Estas, ubicadas en La Candelaria y parajes aledaños como Villa Matoque, Tacioj, Tacoruyoj, Tusca, Pajpozo, Ranchillos y Consuelo, todas pertenecientes al Salado Norte. Las 3 cisternas restantes fueron construidas en instituciones de la zona encargadas de desempeñar numerosas tareas comunitarias en territorio como la escuela, el centro de salud y la iglesia.
Trabajando de manera articulada y comunitaria se logró beneficiar de manera directa en acceso a agua segura a 812 personas e indirectamente a 2000, con un volumen de cosecha de agua de lluvia total de 3.480.000 L al año. Se asistieron a más de 7 comunidades, dejando como capacidad instalada la construcción de las cisternas y bombas de agua. Asimismo, se produjo un fortalecimiento de las organizaciones campesinas ya que a partir del proyecto se incorporaron nueves socies interpelades por los frutos de la organización colectiva, quienes pudieron ver la importancia de estar organizades tanto para el desarrollo de proyectos como para el reclamo y la búsqueda de soluciones a los derechos vulnerados en la comunidad.
A partir de este proyecto y producto de la difusión de la tecnología, en la región se construyeron otras 16 cisternas más. Las mismas, fueron gestionadas por mujeres organizadas de los parajes Piruaj, Cabeza de Toro y Biñal Viejo en el “Frente de Mujeres” quienes, con el acompañamiento de Fundación Plurales, lograron un apoyo económico del gobierno provincial (Ministerio de Agua y Ambiente) y mediante la comisión municipal de San José de Boquerón obtuvieron los recursos necesarios para la construcción.
En la experiencia se destaca la importancia del trabajo articulado entre instituciones que aportan diferentes capitales y saberes específicos por medio de la técnica “Learning by doing” (aprender haciendo), destacando el rol fundamental de las organizaciones campesinas como así también, el alto nivel de apropiación de las tecnologías por la definición colectiva de las mismas. El intercambio de saberes con las organizaciones en cuanto a la manera de realizar la construcción de cisternas, la forma de organizar equipos, distribuir tareas y organizar las actividades.
Se observó también un cambio organizacional en relación a la estructura y relaciones de género. En las reuniones se dio un incremento progresivo de participación de mujeres que además de quedar reflejado en la lista de participante por encuentro, se manifestó en sus intervenciones tanto en la parte organizativa y toma de decisiones, como en los momentos de construcción de las cisternas.
Para lograr la participación de las mujeres, se recurrió a las invitaciones personales y de manera específica para las distintas instancias de reunión y/o capacitaciones. Además, se articuló con otros proyectos de Fundación Plurales del área de Equidad de Género, en la búsqueda del empoderamiento de las mujeres y su participación activa en la toma de decisiones. Teniendo en cuenta que en las zonas rurales, sobre todo, las mujeres tienen escasa participación en decisiones del hogar y la comunidad, a pesar de ser quienes permanecen constantemente en el territorio.
Si bien las capacitaciones y asistencia técnica siguen en proceso, el proyecto ha permitido mejorar la adaptación y resiliencia de la comunidad, generando un aporte sustantivo a la posibilidad de permanencia en su territorio. Se capacitaron más de 100 pobladores en la construcción de las cisternas, esto fomenta la gestión local de la tecnología, su apropiación y re-significación social. Además, durante la ejecución del programa, se generaron fuentes de trabajo para quienes se capacitaron y adquirieron conocimientos con los que pueden seguir trabajando, un dato muy importante pensando en que las oportunidades de trabajo en la zona son escasas. Por otro lado, dado que las cisternas se han construido enteramente con materiales adquiridos en comercios locales, el programa ha contribuido a activar la economía local y de zonas aledañas.
La integración de la comunidad en la definición, diseño y construcción de la tecnología que se usó fue una de las metas importante de este proyecto. La incorporación de tecnologías socialmente inclusivas es una clave fundamental para solucionar problemáticas complejas como el acceso al agua en comunidades rurales aisladas.
“Estoy convencido que unidos y organizados podemos lograr lo que querramos”
(Pichi Gonzalez, 58 años. Candelaria).
Referencias:
- Avellaneda Nicolás; De León M. Soledad; Savid M. Daniela. Articulación intersectorial para la gestión comunitaria del agua. (2017). Articulación intersectorial para la gestión comunitaria del agua. Caso de estudio de la Base de Datos de Buenas Prácticas. Roma: ILC. Recuperado de: https://www.landcoalition.org/sites/default/files/documents/resources/ilc_case_study_0007_argentina_es_0.pdf
- Avellaneda Nicolás; De León M. Soledad; Savid M. Daniela. (2017) Manual de Construcción de Cisternas de Ferrocemento. Fundación Plurales. Córdoba, Argentina. Recuperado de https://issuu.com/fundacionplurales/docs/manual_construccio__n_cisterna_ferr
- Plataforma del agua. “Unidos por el Agua La Candelaria, Santiago del Estero – Miembro del Programa SEDCERO”. (2018). Recuperado de: http://www.plataformadelagua.org.ar/experiencias/santiago-del-estero/unidos-por-el-agua-la-candelaria-santiago-del-estero-miembro-del-programa-sedcero.