Acabemos con el control financiero en la gobernanza europea

Por Susan George

, por TNI

Necesitamos eurobonos y una nueva carta para Europa.

La crisis europea es señal evidente de que hay que librarse de la camisa de fuerza económica impuesta por el Tratado de Lisboa, el Banco Central Europeo y el poderoso sector financiero.

Usted se dio a conocer por su trabajo sobre la crisis de la deuda en los años ochenta y noventa. La de entonces, era una crisis de los llamados países en desarrollo, pero ahora parece que está afectando principalmente a los países desarrollados. ¿Cómo lo explica?

Las causas de la crisis de la deuda en los países del Tercer Mundo no eran las mismas que las de ahora. En los años setenta, gran parte del dinero de los préstamos se destinó a armamento, al gasto de las clases medias y altas en importaciones de productos de lujo, al creciente precio del petróleo y a proyectos de desarrollo mastodónticos; es decir, fue un gasto improductivo. Además, los Estados Unidos aumentaron de repente los tipos de interés, de forma totalmente unilateral, en 1981.

John Perkins, en su libro Confesiones de un gángster económico, afirma que se desplegó una política deliberada para endeudar y controlar a las economías en desarrollo. Se trata de su testimonio personal, que se debería corroborar con otras evidencias, pero sabemos sin duda que los países más ricos utilizaron la deuda para conseguir precisamente eso: imponer las condiciones de los Estados Unidos y de otros países acreedores, por las que se obligó a los países en desarrollo a entrar en la economía mundial en términos muy desfavorables.

La gran causa de la actual crisis de la deuda europea es que los Gobiernos han asumido las deudas de bancos privados, que estallaron con la crisis financiera. El caso más evidente es el de Irlanda, que asumió la responsabilidad de todo lo que debían sus bancos, pero lo mismo sucede con todos los países que están ahora en dificultades.

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